elisa chamorro emprendedora social
Entrevistamos a Elisa Chamorro, cofundadora de Wallyboo, una plataforma online de Economía Colaborativa que permite el intercambio de artículos de bebés y niños entre particulares, entre familias, a través del alquiler y de la compraventa de artículos de segunda mano, fomentando así la reutilización de esos artículos. Elisa lanzó esta empresa con misión social para que reflexionemos sobre el consumo y para ayudar a más madres y familias en su situación a tener una vida más fácil.
S.E.: Hola Elisa, encantado, ¿qué has hecho para llegar a algo tan asombroso como Wallyboo?
E.CH.: Tengo formación ambiental y estuve trabajando casi 14 años en una empresas de servicios ambientales gestionando proyectos principalmente relacionados con el sector industrial y con la administración pública. Y tengo dos hijos, una niña de casi 4 años y un niño de casi 2.
Cuando vi que en la empresa privada (y más en el mundo de la consultoría) la conciliación con la vida familiar se complicaba, decidí dejarlo y gestionar mi propio proyecto. En ese momento no tenía claro el qué pero la inspiración llegó pronto, llego a través de mi primer viaje en avión con mis dos hijos. Ahí decidí que había que idear algo que facilitara los viajes en familia.
La verdad que ha supuesto un cambio drástico, y han sido meses de mucho trabajo, en los que nos hemos tenido que reciclar por completo, porque hemos aprendido millones de cosas que desconocíamos en un tiempo récord, complicado en algún momento compaginarlo con dos niños pequeños, pero hemos llegado lejos y estamos muy satisfechas con los logros que hemos ido consiguiendo.
S.E.: Las Naciones Unidas se han comprometido a terminar con la pobreza en el mundo y aun planeta sostenible en 20130. Son 17 objetivos ambiciosos, ¿en cuál trabaja fundamentalmente Wallyboo?
E.CH.: El 12, Producción y consumo responsable.
S.E.: ¿Cómo habrá contribuido Wallyboo dentro de 10 años a que consumamos de manera más responsable?
E.CH.: Me gustaría pensar que en 10 años todo el mundo hablará del alquiler de la silla de paseo o la cuna como algo habitual. Me gustaría ver que hemos conseguido cambiar el modelo de consumo en este sector y que la gente se plantea el alquiler frente a la compra por un motivo de sensibilización y no económico.
S.E.: Si pudieras empezar de nuevo Wallyboo, ¿qué pifias corregirías para llegar a esos objetivos antes?
E.CH.: Los dos principales cambios serían iniciar con un equipo de base más completo (por ejemplo, con un programador) y lanzar directamente una app en vez de plataforma web.
S.E.: Emprender es un camino complicado ¿a qué pensamiento recurres cuando tienes miedo?
E.CH.: Pienso que pueden surgir muchos problemas cuando emprendes, pero siempre hay que tirar para adelante y más si crees en el proyecto. Soy bastante optimista y trato de ver siempre la parte buena de las cosas.
S.E.: Como emprendedora social tienes una misión clara, pero ¿cuál es sería el otro problema social a que te gustaría enfrentarte?
E.CH.: No sabría decir uno. Por algunas experiencias personales, diría que el de igualdad de genero, y por mi formación ambiental, acción por el clima y energía no contaminante.
S.E.: ¿Para qué pasatiempo consigues sacar un hueco?
E.CH.: El que más horas me consume es el de estar y cuidar de mis dos peques. Y lo veo como un pasatiempo porque me encanta y me divierte. Cuando la empresa y los niños me dejan tiempo, me gusta hacer ejercicio (correr y nadar, principalmente)
S.E.: ¿Cómo te pueden ayudar los políticos, sean del color que sean?
E.CH.:Desde mi punto de vista, se necesitan articular y fomentar medidas que ayuden a la conciliación, que regulen períodos más amplios de bajas maternales y paternales, que se favorezcan la implantación de medidas que ayuden a flexibilizar…que regulen poniendo en el centro a los niños, a los bebés y no a las empresas.
En segundo lugar, los gobiernos se deben poner mucho las pilas para ayudar a las empresas y al autónomo, especialmente en sus comienzos. Las cuotas que pagan los aútonomos son absolutamente desproporcionadas e irracionales, debería ir como en otros países en función de su facturación.
Pero también lo son, la burocracia y el control documental a la que se ven sometidas muchas actividades económicas en su día a día o en sus comienzos.
S.E.: ¿Con quién te gustaría pasar una hora y qué te gustaría que te contase?
E.CH.: Me gustaría pasar una hora con el fundador de Airbnb y hablar sobre sus comienzos, por ejemplo. Conocer historias de los comienzos de proyectos similares con final feliz siempre resulta inspirador.
S.E.: ¿Qué ONG o proyecto nos recomendarías si te dijésemos que tenemos 2.000 euros para hacer una donación?
E.CH.: Mi cabeza siempre se iría a una ONG cuya finalidad sea ayudar a niños con enfermedades o problemas, porque es ahora mismo lo que más me toca la fibra. Por ejemplo, Fundación Aladina, Save the children…
S.E.: La tecnología es fundamental para conectar a tus usuarios ¿es la tecnología un gran aliado del ser humano y de las personas que más oportunidades necesitan?
E.CH.: Yo creo que si, aunque como todo, siempre con cuidado y moderación porque la tecnología mal usada puede tener muchas zonas oscuras. Me encanta conocer ideas de proyectos para mejorar la calidad de vida de las personas, y en especial de los que más lo necesitan
S.E.: ¿Cómo sería tu casa ideal?
E.CH.: Reconozco que para el día a día soy más de ciudad. Mi casa ideal es la que me permita ir andando o en bici a todos los sitios y me permita pasar del coche. Lo primero que hice cuando me mude al centro de mi ciudad fue vender mi coche, y no lo echo de menos en absoluto.
S.E.: ¿Cómo podemos mejorar rápidamente el mundo entre todos?
E.CH.: Pienso que lo fundamental es la educación desde los comienzos. Que las nuevas generaciones desde muy pequeños, ya se empapen de la importancia de respetar esos principios (de igualdad en general pero también de género, de respeto por el medio ambiente, de respeto hacia los demás, de solidaridad frente a los demás, de un consumo responsable). Es necesario, enseñar valores y no solo conocimiento, y ponerlos en práctica en la escuela y hogares.
S.E.: Estoy de acuerdo, la sensación es que falta responsabilidad, ¿a qué país nos vendría bien parecernos un poco más?
E.CH.: Con fijar la vista hacia el norte de Europa, tenemos muchos ejemplos Suecia, Noruega…
S.E.: El reto de ser emprendedora social es enorme, y el de ser madre lo hace, si cabe, más demandante, ¿se resiente la empresa cuando ponemos a la familia en el centro de nuestra vida?
E.CH.: El binomio familia-empresa requiere de un equilibrio muy complicado, y más cuando tienes hijos pequeños. Pero pienso que es posible, incluso considero que es una opción que te aporta esa flexibilidad que es necesaria para tratar de adaptarte al horario de un niños y no al revés. Cuando intentamos adaptar el horario de un peque al de un adulto, todo se complica.
En mi caso, comenzamos con Wallyboo cuando mi peque tenía tan sólo 4 meses y la mayor 2 años. Fue duro pero viable y no tengo la sensación de no haber estado ahí, al contrario, no tenía la presión de que a los 4 meses debía volver a un horario rígido. Y mi centro es la familia, siempre, aunque en ocasiones (viajes, ferias, momentos importantes), tenga que priorizar la empresa.
S.E.: Muchas gracias, Elisa. Para terminar, una curiosidad, ¿qué otras dos empresas sociales de la comunidad Social Enterprise España admiras?
E.CH.: ¿dos solo? Hay muchas que conozco y admiro:
Ship2B, por labor de ayuda que hacen para encontrar un hueco al emprendimiento social (a mi me ayudaron mucho).
La colmena que dice sí, me encanta su filosofía de consumo de proximidad y consumo justo.
Ciclogreen, un planteamiento fantástico y original para fomentar la movilidad sostenible.
Ulule, hacen una labor buenísima para ayudar a las empresas a conseguir financiación al principio, que es la fase más complicada.
TappWater, con una idea novedosa para reducir el consumo de agua envasada.
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