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Adopta Un Abuelo: la startup social que debería estudiarse en Harvard

«Hacemos que nuestros mayores se sientan acompañados, escuchados y queridos”. Eso es ni más ni menos lo que hace Adopta un Abuelo, una empresas social increíblemente innovadora que ha transitado de un modelo típico de voluntariado a un modelo de empresa social. “Trabajamos con empresas del sector de los cuidados al mayor y así podemos financiar los programas sociales de voluntariado”, dice Alberto, fundador y CEO de Adopta un Abuelo.

Esta empresa social tan original nació en Ciudad Real cuando Alberto conoció a Bernardo, un mayor viudo y sin descendencia cuyo mayor deseo era tener un nieto. Tras unos meses de visitas, Alberto decidió adoptar a Bernardo. Lo que empezó como un programa de voluntariado entre amigos creció rápidamente atrayendo a un gran número de jóvenes. A pesar de que el voluntariado es altruista, conlleva gastos, y la ley exige a las organizaciones de voluntariado cubrir  los seguros de los voluntarios y algunos otros en que se incurre. Ese gasto pequeño multiplicado por el gran número de voluntarios que se iban sumando fue lo que hizo pivotar a Adopta un Abuelo necesariamente hacia un modelo sostenible.

Adopta un Abuelo es, por definición, una start-up, es decir, una empresa en fase de validación de un modelo de negocio y consolidación, con una necesidad enorme de innovación y creatividad para poder sostener sus programas de atención y acompañamiento a personas mayores. Pero lo están consiguiendo. “A nivel nacional estamos ya presentes en 20 ciudades, 29 centros residenciales y en total somos 500 voluntarios y 250 mayores adoptados “, explica Alberto.

Sus perspectivas de crecimiento indican que han dado con el modelo de negocio: prestar servicios de atención de calidad a empresas del sector de atención a los mayores. Para ello, entre otras cosas, forman concienzudamente a sus voluntarios. “ En 2018 estaremos ya presentes en Portugal y esperamos duplicar en centros y ciudades. La estimación de horas de acompañamiento para este año es de 12.500 y tenemos ya a más de 5.000 jóvenes de 12 países en lista de espera”.

Adopta un Abuelo es una empresa social fascinante y un ejemplo a seguir para muchas ONG que no consiguen sostener sus programas de atención social con las donaciones que reciben. El mercado exige innovación y un gran sacrificio pero ofrece posibilidades para ser sostenible y escalar el impacto cuando se hacen bien las cosas. El caso de Adopta un Abuelo debería estudiarse en las escuelas de negocio de todo el mundo. ¿Tendría sentido que Alberto Cabanes fuese Ashoka Fellow 2018 por su estrategia de disrupción exitosa en un sector tan dependiente de ayuda externa y tan poco proclive a la innovación social? El tiempo lo dirá.

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